lunes, 27 de mayo de 2013

El arcabucero nº61, de Daniel Jerez Torns

Título: El arcabucero nº 61 
462 páginas 
Novela de ficción y misterio






El 17 de julio de 1642 sesenta y un arcabuceros de Yecla fueron enviados a Vinaroz con el fin de detener el avance de las tropas francesas. ¿Sesenta y uno? ¿Por qué esa cifra y no un número exacto? Quizá el arcabucero número 61 fuera un infiltrado de última hora con una misión especial: recoger y custodiar un artefacto ideado por el gran Galileo Galilei, capaz de cambiar el curso de la humanidad.

Siglos más tarde, la fascinación por la figura y el trabajo del genial Galileo unirá el destino de unos desconocidos que, a  través de un grupo de Facebook  llamado Los Celadores, compartirán sus inquietudes y conocimientos sobre el tema. Algunos de ellos pagarán con su propia vida esta curiosidad compartida. 

Valeria Soto, una brillante e intrépida profesora de Física, decide ir más allá de las teorías e investigar qué misterio se esconde tras la leyenda de ese arcabucero número 61. Pronto, entenderá que la investigación que ha iniciado de manera inocente no es ningún juego. Ella y su exnovio, Adrián Barral, un sosegado técnico de riesgos laborales que se ve envuelto en la trama de manera accidental, se convertirán en el punto de mira de un asesino sin escrúpulos que pretende beneficiarse del enigmático invento.

El arcabucero nº61 es una novela de intriga y misterio, con mucho de pseudohistórica (no en vano se advierte en cada capítulo la amplia y bien fundamentada documentación del autor) y algo de fantástica, con buenos tintes de novela negra.  

El tiempo de la narración se mueve a saltos entre los hechos contemporáneos y la raíz de estos en el siglo XVII. 

La trama es absolutamente genial, te va atrapando a medida que lees y al final recompensa la lectura pues todas las piezas encajan a la perfección dando como resultado un puzle original y muy interesante. El arcabucero nº61 bien podría llevarse a la pequeña o gran pantalla pues la historia tiene todos los ingredientes para convertirse en una serie de éxito de las que enganchan al público capítulo tras capítulo. Así ocurre en la lectura: el lector irá investigando a la vez que lo hace el personaje de Adrián, este irá respondiendo a las preguntas que van surgiendo en nuestra mente, convirtiéndose en nuestro cómplice absoluto dentro de la novela. Nunca sabremos como lectores ni más ni menos que él. 

Una pieza fundamental de la novela será la ciudad de Yecla, centro de la trama. Como espacio  está muy bien descrito y definido casi como un personaje más. 

Daniel Jerez Torns es el autor de esta intrigante historia, barcelonés polifacético que compagina la escritura con su trabajo de técnico en Prevención de Riesgos Laborales, muy presentes en la novela. El arcabucero nº61 es su primera gran obra, y sin duda no será la última. Personalmente, confío mucho en el potencial de este escritor pues he visto mejorar su prosa a medida que avanzaban las páginas y sé que tiene lo imprescindible para continuar evolucionando: interés comprometido, pasión por la escritura y una mente creativa extraordinaria. Desde aquí le animo a que persevere en su trabajo con las palabras y nos siga dando historias tan fascinantes como esta.

Y a vosotros, lectores, os animo a leer El arcabucero nº61 y a convertiros junto con Adrián y Valeria en un celador más. Os aseguro que cuando terminéis la lectura tendréis deseos de viajar a Yecla.

domingo, 19 de mayo de 2013

La levitación, de Guillermo Sánchez


La levitación, de Guillermo Sánchez
Editorial Jirones de Azul, Sevilla, 2012
Novela histórica
443 páginas







La levitación, ópera prima del periodista Guillermo Sánchez, es la novela histórica sevillana que ningún lector interesado en el pasado de la capital andaluza debe ignorar. La trama principal desarrolla el último gran proceso inquisitorial contra los iluminados. Leer La levitación es como abrir una ventana a la Sevilla del siglo XVII y sentarse a contemplar la vida diaria en la ciudad de la confusión y el mal gobierno, en plena decadencia de la Edad de Oro hispalense, cuando –según palabras del Padre Medrano- el corazón del mundo latía sin compás.  

La lectura de La levitación nos eleva sobre una ciudad mítica donde lo real maravilloso está tan presente como en esa tierra americana que inspirara el siglo pasado el nacimiento literario del Realismo Mágico. Desde los primeros capítulos de la novela, Sevilla es el Macondo europeo, universo amurallado que alberga en una amalgama irrepetible supersticiones, recetas mágicas, remedios caseros, chocolate y especias, desfiles de samuráis, falsos ciegos, buhoneros, malandros, pícaros, dictadores inquisitoriales, verdugos, genealogías manipuladas y estirpes malditas; un crisol donde lo maravilloso se hace real porque lo real es maravilloso. En Sevilla nada hay que inventar. La verdad supera cualquier ficción que pueda pensarse. La levitación de Guillermo Sánchez da habida cuenta del realismo mágico sevillano.

El protagonista de la historia es Juanelo, el pillo al que da de beber el pictórico aguador de Sevilla velazqueño. Su apoyo será otro personaje también huido de un cuadro del mismo pintor: Jusepe, el niño que sujeta el melón junto a la vieja friendo huevos. Juanelo y Jusepe, tan inseparables como Ciprión y Berganza, como Campuzano y Peralta, serán los Zipi y Zape de la Sevilla acosada por los inquisidores, la inmundicia, la peste y el hambre. Juntos lucharán ante la adversidad, bajo el cobijo de la perseguida imprenta de Bernardino Monroy y su esposa Catalina de Asís, auténticos reeducadores de los potenciales pícaros que a su lado aprenden, entre otras cosas, el amor por los libros.

Como curiosidad, a lo largo de la lectura encontraremos el germen de la actual Semana Santa sevillana con el relato del Vía Crucis del templete de la Cruz del Campo, la procesión de empalados, la primera salida del Cristo de Pasión de Juan Martínez Montañés… De hecho, gran parte de la novela transcurre entre el Viernes de Dolores y el Jueves Santo en la Plaza del Museo. 

Sorprende que esta sea la ópera prima literaria de Guillermo Sánchez pues demuestra, en las más de cuatrocientas páginas que ocupa la novela, dominar una prosa exquisita y una gran capacidad narrativa. En la obra lo descriptivo pesa más que la acción y, si bien esto podría hacer que la lectura perdiera amenidad al ralentizar el ritmo, es tal la riqueza de su estilo que en ningún momento deja de disfrutarse. La novela conforma toda una realidad completa a base de detalles minuciosos que dejan en bandeja de plata la tarea reconstructiva de la imaginación del lector. Todo está en la obra: olores, colores, utensilios, sentimientos, vicios, ingredientes, calles, espacios, personajes… Todo para confirmarnos que la máxima de Ovidio era más cierta que nunca en aquella Sevilla en la que había que pedir permiso para obrar milagros, pues demostrado quedó que la muerte causa menos dolor que su espera

La levitación no es solo un inventario perfecto de la ciudad que, como cantara Silvio, el dogma de la Inmaculada Concepción antes que Roma proclamó, sino también un completo glosario de palabras olvidadas que tuvieron vida antaño y que hoy apenas perviven en la nomenclatura callejera (Alfaqueque, Badulaque…) o ni siquiera en ella. Como amante del lenguaje, he disfrutado mucho de la resurrección de estos vocablos cuyo significado intuimos fácilmente por el contexto o por las adecuadas notas al pie de páginas. El uso de estos términos, contemporáneos a lo que se narra, añaden si cabe mayor realismo y valor al relato histórico.

En definitiva, esta es una novela que merece la pena leer si buscas una obra madura, completa, redonda, documentada con rigor y profundidad y relatada con maravilloso estilo. Si te interesa la Sevilla del XVII, leer La levitación será la manera más directa de presenciar la vida decadente de la que fue capital del mundo y embarró su dorado esplendor con los lodos de la inmundicia corrupta. Tomen en sus manos la obra de Guillermo Sánchez, entréguense a la levitación que les dará la mejor vista de pájaro sobre la ciudad que heredamos.


martes, 14 de mayo de 2013

Redescubriendo a Stefan Zweig


Stefan Zweig (1881-1942), judío cosmopolita, brillante intelectual, escritor completo y destacado en todos los géneros. Fue uno de los autores más populares de la Europa de entreguerras, para después caer como tantos otros en el olvido. En los últimos años, las reediciones de sus obras (gracias, Editorial Acantilado) han permitido que los lectores actuales redescubramos a este pacifista que desde su literatura abogó por la concordia europea. 

Apasionante biografía

Bajo el título El mundo de ayer. Memorias de un europeo, Stefan Zweig narra una especie de autobiografía en la que lo fundamental, por encima de las peripecias personales, es el retrato de esa Europa donde se produce la derrota de la civilización y la cultura acaba sucumbiendo a los instintos. Fue escrita en 1940 desde el Brasil que acogió su exilio, mientras sus obras sufrían la prohibición en su Austria natal tras haber vivido el éxito y la fama mundiales. 

El primer título que Zweig pensó para su biografía, Mis tres vidas, pone de relieve los tres periodos claros en los que puede dividirse su vida: primero, los años de crecimiento intelectual en Viena, su ascenso literario y sus viajes hasta la I Guerra Mundial; segundo, las dos décadas de constante trabajo y éxito; y tercero, el exilio que, ante la barbarie de la II Guerra Mundial que destruía Europa, acabaría con el propio suicidio de Zweig y su esposa. 

En cuanto a su estilo, el mismo Zweig en esta obra nos habla de su concepción literaria: "Soy un lector impaciente y de mucho temperamento. Me irrita toda facundia, todo lo difuso y vagamente exaltado, lo ambiguo, lo innecesariamente morboso de una novela, de una biografía, de una exposición intelectual. Sólo un libro que se mantiene siempre, página tras página sobre su nivel y que arrastra al lector hasta la última línea sin dejarle tomar aliento, me proporciona un perfecto deleite. Nueve de cada diez libros que caen en mis manos, los encuentro sobrecargados de descripciones superfluas, diálogos extensos y figuras secundarias inútiles, que les quitan tensión y les restan dinamismo".

Los libros de Stefan Zweig pasaron de ser de los más leídos en Austria y Alemania a silenciarse proscritos, perseguidos y olvidados en su propia tierra. El 10 de mayo de 1933, la plaza Bebelplatz de Berlín vio arder unos 400 000 libros (supuestamente antigermánicos). De entre los autores más castigados en aquella hoguera destacó Stefan Zweig, que no sólo era de origen judío, sino que abogaba en sus obras claramente a favor de la libertad y el Humanismo. Hoy el mundo aún no ha olvidado lo que vino después, horrible cumplimiento de lo que proféticamente Heinrich Heine había escrito un siglo antes: “Ahí donde se queman libros se acaba quemando también seres humanos”.



Carta de una desconocida

"Sólo quiero hablar contigo, decírtelo todo por primera vez. Tendrías que conocer toda mi vida, que siempre fue la tuya aunque nunca lo supiste. Pero sólo tú conocerás mi secreto, cuando esté muerta y ya no tengas que darme una respuesta; cuando esto que ahora me sacude con escalofríos sea de verdad el final. En el caso de que siguiera viviendo, rompería esta carta y continuaría en silencio, igual que siempre. Si sostienes esta carta en tus manos, sabrás que una muerta te está explicando aquí su vida, una vida que fue siempre la tuya desde la primera hasta la última hora".


Probablemente son las 66 páginas más intensas que he leído en mucho tiempo. En tan poco espacio se narra (en primera persona a través de una carta desesperada que no espera respuesta) una historia de amor donde tienen cabida no solo los sentimientos románticos sino la crudeza de la vida de una mujer que se ve arrastrada por un amor que supera la propia realidad. ¿Puede haber alguien desconocido que nos ame con una pasión incondicional? ¿Puede ese amor que despertamos cambiar radicalmente la vida de alguien a quien ignoramos? Os invito a dedicarle un par de horas a la lectura de esta historia que os atrapará y os llevará a bordo de una montaña rusa de emociones contadas desde la más pura honestidad y sencillez.

A modo de tráiler os dejo un video sobre la adaptación al cine que en 1948 realizó Max Ophüls de la obra de Zweig:

                               

Mendel el de los libros

Si Carta de una desconocida me encantó, Mendel el de los libros me enamoró por completo. Escrito en 1929, narra la trágica historia de un excéntrico librero de viejo que pasa sus días sentado a la misma mesa en un café de Viena. Con su memoria enciclopédica, el inmigrante judío ruso no sólo es tolerado, sino querido y admirado por el dueño del café Gluck y por la culta clientela que requiere sus servicios. 

La obra comienza con el narrador en primera persona que se refugia de la lluvia en uno de los muchos cafés vieneses. Dentro, empieza a tener la sensación de que ha olvidado algún recuerdo de aquel lugar, algo faltaba allí… efectivamente, el viejo Mendel el de los libros no estaba. ¿Qué había pasado con él? Ese enigma se irá resolviendo en las páginas siguientes, altamente recomendables.

Este es uno de esos pequeños libros deliciosos que se disfrutan de principio a fin. El retrato que hace del viejo librero es absolutamente exquisito:
El hecho de poder tener un valioso libro entre las manos significaba para Mendel lo que para otros el encuentro con una mujer”. (Página 26)

En su mundo superior de los libros no había guerras, ni malentendidos, tan sólo el eterno saber y querer saber aún más números y palabras, títulos y nombres”. (Página 42).

Precisamente yo, que debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido”. (página 57).


Conclusión

Stefan Zweig es una apuesta segura, sin más. Acérquense a alguna de sus obras y encontrarán palabras que les tocarán la piel.

jueves, 2 de mayo de 2013

Las vidas que inventamos


LADY_MACBETH: Hola!

MISS_YOU: Qué tal?

LADY_MACBETH: Bien. ¿Leíste ya la novela que nos recomendó Ana?

MISS_YOU: Uff, no… pereza. Está bien?

LADY_MACBETH: Yo me la leí de dos sentadas. Intrigante al máximo. No la puedes dejar.

MISS_YOU: Pero ¿de qué va? Ana se pone muy pesada con sus lecturas. No la escuché cuando nos lo contaba, la verdad.

LADY_MACBETH: Jaja… ya ya. Te paso el video con el tráiler:




MISS_YOU: Ok. Tiene buena pinta, pero no me llama del todo. Dime algo más o no me la leo.

LADY_MACBETH: Pues no te la leas. No te voy a obligar. ¡Tú te lo pierdes!

A Gaby ya no le divierte su profesión. Ni su matrimonio. Ni sus amigas. Ni, mucho menos, la fidelidad. Pero se esfuerza en creer que no es así.

A Leo, su marido, tampoco le llena la vida familiar, pero sí le gusta la imagen de triunfador que se ha labrado a base de traiciones.

Su red de mentiras y autoengaños parece funcionar hasta que Gaby decide que ya no es suficiente y Leo comete un terrible error. Así, mientras ella busca en chats encuentros sexuales con desconocidos, él intentará que sus actos no salgan a la luz... al precio que sea.

MISS_YOU: Acabo de leer la sinopsis…  Mentiras, crisis matrimonial, sexo con desconocidos… qué novela más moderna, no? Por cierto, el de la portada es clavadito a Aitor Ocio. Mmmm… me está ganando por momentos...

LADY_MACBETH: Te leerías el libro solo porque sale un tío bueno en la portada. ¡Gran criterio el tuyo!

MISS_YOU: Ya saltó la culta. A ti y a Ana os van a dar un premio por sabiondas. No sé por qué sois amigas mías…

LADY_MACBETH: Tonta 

MISS_YOU: Y qué ha dicho "Doña Crítica" en el blog?

LADY_MACBETH: Ahí llevas la reseña que hizo:

Las vidas que inventamos, Fernando J. López
Espasa Narrativa, 2013
282 páginas

Novela en tres actos.

Actores principales: Gaby y su marido Leo.

Protagonista de la obra: la mentira.

Se abre el telón. Leo comete un trágico error que intentará ocultar y manipular con una cadena de mentiras que acabarán cambiando el argumento de algunas vidas, incluida la suya. En la siguiente escena, su mujer Gaby chatea con un desconocido en busca de emociones. A partir de ahí, se sucederán las escenas en las que alternativamente Gaby y Leo monologarán como narradores de sus propias historias, mintiendo al lector, a los espectadores de su vida, y sobre todo a ellos mismos.

Tiene gracia que la mentira resulte, tan a menudo, mucho más creíble que la verdad (página 198). Y sí, esta obra de Fernando J. López resulta realmente creíble. A ello contribuyen unos personajes perfectamente desarrollados. Es destacable la concreta y exacta delimitación de ambas personalidades: no solo en sus características (Gaby es más emocional y más valiente frente a un Leo cínico y cobarde) sino incluso en su discurso (sabemos con solo una frase si está narrando uno u otro, algo que me parece francamente difícil de conseguir y que está logrado con maestría). Cada uno con su propia voz comparte con el lector todo aquello que no comunica al otro, de modo que asistimos a la crisis de un matrimonio que se desmorona más por lo que no se dicen que por las discusiones que mantienen.

Una de las grandes virtudes de la novela es precisamente su realismo. Es paradójico que una obra sobre la falsedad de la vida resulte una ficción tan real y verdadera. El lector cree cada palabra, a veces incluso hay que esforzarse por no caer en las mentiras que se le cuentan a sabiendas de que lo son. El realismo de Las vidas que inventamos se mueve en la contemporaneidad de nuestra era de las comunicaciones, sirviéndose de muchos de los elementos 2.0 que usamos a diario (WhatsApp, email, chats, sms, etc.). Fuera de la novela, la propia Gaby tiene un blog personal y una cuenta en Twitter.

Obra en clave de thriller con ritmo trepidante, con tintes de humor negro, de fácil y agradecida lectura que no solo entretiene (y mucho) sino que también invita a la reflexión personal. Lo mejor de la novela, en mi opinión, es la manera de transmitir el tema de la mentira: sin juicios ni sentencias, sin adoctrinamiento. El autor deja libertad absoluta a los lectores para que formen sus propias conclusiones al final de este juego de mentiras y verdades del que somos partícipes en todo momento.

La impunidad es el signo de nuestro tiempo (página 99). Leo encarna en sí el modelo de corrupción social que, por desgracia, tan presente tenemos hoy. Él es el representante de la mentira en su vertiente económica, social, profesional. Por su parte, Leo –la Madame Bovary 2.0- es la abanderada de la falsedad más emocional y personal, del autoengaño y las trampas que nos permiten convertir momentáneamente lo que somos en lo que queremos ser. Ambos son verdugos y víctimas a la vez. Todas sus decisiones afectarán a los personajes secundarios con los que se relacionan cada día y, por encima de todo, perturbarán sus propias vidas hasta que llegue el momento de decidir cómo acallar las conciencias que los acompañan inevitablemente cada segundo del juego.

Se cierra el telón. Aplaudo y pido que el autor salga a saludar para seguir aplaudiendo más fuerte. El tiempo se me ha pasado volando; apenas he respirado en el último acto. Se acaba la obra y sé que, vaya a donde vaya ahora, en mi cabeza seguirán retumbando los ecos del trozo de aparente realidad que acabo de ver representada. Falsa realidad, o quizá no tan falsa…

MISS_YOU: Venga ya, que la prota tiene Twitter? Eso lo tengo que ver…

LADY_MACBETH: Sí, yo la sigo. Es @Gaby_Draper 

MISS_YOU: Y el blog?


MISS_YOU: Gracias, bombón. Por cierto, una duda…  ¿quién es la tal Madame Bovary? 

LADY_MACBETH:  Uff… En serio, ¡tienes que leer más!

MISS_YOU: Bueno, bueno… Empezaré por Las vidas que inventamos 
LADY_MACBETH: No te arrepentirás...

MISS_YOU: Ya te contaré… 


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